Los alquiladores, una pieza imprescindible en el engranaje de este mundo, el de las “excavaciones” que a pesar de todo, sigue “dando de comer a tantas y tantas personas”.
Seguimos con nuestra ronda de visitas a colaboradores, en esta ocasión nos acercamos a Quijas y charlamos con los responsables de ALQUILERES DEL SAJA. Nos recibe Balbina Ruiz – Jefa de Administración- Balbi, y José Manuel Ortiz – Gerente- Lolo.
Me relatan su historia, la de dos amigos que tras estudiar FP en Candina, rama electricidad, se reencuentran pasados los años y de esas charlas, que a veces son fortuitas, y otras no tanto, Lolo, en aquellos tiempos con 21 años, anima al tercer “personaje”,-antiguo compañero de clase, y también hoy, gerente de la empresa- José Luis Corral, a trabajar con él en la empresa en la que en aquellos momentos lo hacía, MAFE SL. Es en ésta, donde coinciden con Balbi, y cierran el círculo.
Pasan los años, creo recordar que fueron diez, y deciden dar el paso y crear su propia empresa, la actual Alquileres del Saja. Llegan a tener hasta 21 empleados que, tras la crisis, bajan a los actuales 10.
Estos compañeros de viaje, que se entienden con una simple mirada, “sin una buena administración sin un control, señala en un momento Lolo mirando a Balbi, no hay empresa que valga”.
Les pregunto por sus “chiquillos”, esas máquinas que fueron las primeras que alquilaron y que son parte de su propia historia, como aquel pisón de Lebrero o el grupo electrógeno que todavía tienen en la empresa “sus indestructibles”.
Todo ha cambiado, aunque desgraciadamente, no todo a mejor. “Los plazos de pagos de algunas empresas siguen siendo absolutamente inasumibles” dice Lolo, hoy la realidad nos exige ser prudentes “sino conocemos al cliente, bien, porque nunca lo ha sido, o lo fue hace muchos años y vuelve ahora por nuestras oficinas, le pedimos los primeros pagos al contado”, no podemos permitirnos otra forma.
Avanzamos en la conversación y vuelve a salir, -ya es recurrente en las conversaciones con otros empresarios- el déficit de personal, Lolo me relata el caso de un joven mecánico, -“vino un día, y al siguiente, ¡ni apareció!- que no le gustaba el trabajo. Desidia, distinta mentalidad, lo desconozco, pero es una realidad que parece haberse instalado y que se repite, como decíamos, de forma habitual y reiterada.
Poco a poco, vamos percibiendo lo que llamo la esencia, el poso, el alma, que a mi entender hace de la empresa lo que es, “maquinaria moderna y fiable” un equipo de profesionales dentro y de proveedores fuera de la empresa que hacen que sus clientes tengan siempre el mejor y más fiable servicio y sobre todo, pasión por lo que hacen.
Me despido de ellos en la puerta de su empresa, me quedo con el optimismo con el que ven el futuro y con sus ganas de seguir trabajando para dar lo mejor a sus clientes.