Por qué el encarecimiento del precio de las materias primas pone contra las cuerdas a la obra pública
La pandemia primero y la invasión de Ucrania después han hecho que se dispare el precio de materias primas clave para el sector de la construcción. Una dificultad añadida para las empresas que ejecutan obra pública es que no ha existido un mecanismo de actualización automática de los contratos ante incrementos de costes que eran imposibles de prever en el momento de la licitación.
Buena parte del sector de la construcción se enfrenta a lo que se podría calificar de ‘annus horribilis’: al frenazo forzoso de la actividad en 2020 por la pandemia se ha sumado, tras la reactivación económica iniciada el año pasado, la subida exorbitante del precio de las materias primas por el abismal desajuste entre una oferta todavía adormilada y una demanda desatada tras el letargo pandémico. Solo la compra de suministros y materiales representa para la obra civil en España entre el 33 y el 40% de su estructura de costes, unos 45.000 millones de euros al año.
La invasión de Ucrania iniciada por Rusia ha elevado el precio de algunos de los productos que componen la cesta de la compra del sector de la construcción a cotas desconocidas, una tendencia vertiginosa a la que se han sumado los mercados de la energía y los combustibles que ya estaban endureciéndose meses antes tras iniciarse la fase de convivencia con la pandemia. Y por si no fuera suficientemente explosiva, la mezcla se ha visto aderezada en marzo con el paro de los transportistas que, aunque superado por el momento, podría resurgir si el plan de choque del Gobierno no logra el objetivo de reducir sensiblemente el coste de llenar los depósitos.