Transición hacia vehículos de cero emisiones: por qué el trabajo de CETM es clave también para el sector de la construcción.

La Unión Europea está acelerando la descarbonización del transporte pesado. El objetivo es claro: reducir emisiones. El reto, sin embargo, es enorme para sectores que dependen directamente del camión, como la excavación, el movimiento de tierras o el transporte de áridos y maquinaria.

 

En este escenario, es importante reconocer el trabajo que está realizando la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). Sus advertencias no buscan frenar la transición ecológica, sino garantizar que se haga con realismo y sin poner en riesgo la continuidad de miles de empresas, especialmente pymes y autónomos.


¿Qué está pasando realmente en Europa?

La UE avanza por dos vías:

  1. Regulación a fabricantes:
    Los camiones nuevos deberán reducir sus emisiones de forma drástica a partir de 2030. Esto hará que el mercado ofrezca cada vez más vehículos eléctricos o de hidrógeno y menos diésel tradicionales.
  2. Debate sobre cuotas obligatorias de vehículos cero emisiones en las flotas:
    Esta propuesta aún no es ley, pero generaría un impacto enorme. No distingue entre transporte general y transporte de obra: un camión de áridos o escombros entraría en la misma obligación.

¿Por qué afecta directamente al transporte de obra?

El transporte vinculado a la construcción necesita:

  • autonomía suficiente,
  • flexibilidad en obra,
  • disponibilidad inmediata,
  • rutas cortas pero intensivas.

Hoy, la tecnología y la infraestructura no garantizan esa operativa. Una imposición prematura podría:

  • aumentar los costes del transporte y de las obras,
  • reducir la disponibilidad de operadores,
  • afectar especialmente a pymes y autónomos,
  • generar retrasos en obra por recargas o limitaciones de autonomía.

El papel de CETM: avanzar sí, pero de forma viable

CETM está defendiendo una transición que tenga en cuenta:

  • el estado real de la tecnología,
  • el impacto económico en las empresas,
  • la falta de infraestructura de recarga,
  • la necesidad de plazos razonables y ayudas realistas.

Desde AEXCA, como entidad asociada a AETRAC/CETM en Cantabria, consideramos fundamental reconocer esta labor, por la afectación que puede tener para nuestros asociados. 


Conclusión

No estamos ante un debate teórico: lo que se decida en Bruselas condicionará el transporte de obra y, con él, la excavación y la construcción en su conjunto.
Por eso es tan importante el trabajo que se realiza desde CETM: una transición mal diseñada podría crear problemas operativos y económicos graves; una transición bien planificada permitirá avanzar sin destruir tejido empresarial.

AEXCA apoyará siempre un modelo sostenible, pero sobre todo viable.

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